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5.16.2007

The Gift :: Espanha

THE GIFT - Madrid, Joy Eslava, 20 de abril



El cartel de todo vendido nos daba la bienvenida a la sala Joy Eslava, una de las nuevas salas de conciertos, que bien curtida de buena música, nos hizo sentir a gusto ante tan bello acontecimiento. Una cantante (Sonia) muy agradecida por el sold out, apareció en el escenario rodeada de bombillas que desdibujaban las siluetas de los componentes, para inmediatamente empezar a cantar “Nice and sweet”, con la que nos engancho a todos los asistentes, induciéndonos a un sueño, del que no despertamos hasta que acabó el espectáculo exactamente una hora y media después.

Sin la presencia de un telonero, The Gift apareció en el escenario de manera escalonada una hora más tarde de la apertura de puertas, cuando todos los allí presentes nos empezamos a sumergir en las notas vertidas. Nos dejamos mecer, nos dejábamos hacer como agua de lluvia. La voz de la cantante, poderosa y atípica, te envolvía transportándote a través de sus canciones en un no parar de estímulos.

Con la sala abarrotada fue bonito dejarse hipnotizar por las dulces melodías así como por los ritmos representados, como la incorporación de Tiago Diez, que hizo sus pinitos con todo tipo de instrumentación, caja, saxofón, guitarra, etc.. Al ritmo de canciones como “Look at the mirrow”, “Driving you show” o “Front of”, o sin ir más lejos, como la canción en portugués que da título al álbum Facil de entender, nos metimos en el pequeño mundo de The Gift plagado de nuevos horizontes musicales en un concierto intimo, intuitivo, para disfrutar tranquilamente, bien sólo, o bien acompañado. Notas con nostalgia de jazz, la fuerza del pop electrónico, la pureza del indie y la tristeza del soul, todo ello reunido bajo el mismo techo, en la noche madrileña, para ocio y disfrute de los oídos.

El concierto, lleno de momentos cumbres, llego a su máxima expresión con “Question of Love”, donde las inhibiciones no tuvieron cabida, y el público supo dar lo mejor de si. Tras dos bises, y una Sonia Tavares muy agradecida, sin saber que decir, apenas pudo vocalizar un simple pero contundente “pos gracias”, el momento de la despedida llego con un maravilloso “Music” tocado por segunda vez, pero que supo a gloria. Esa noche tocamos todos un poquito de cielo.




Texto: Alberto Sánchez Guerrero - Fotos: Ruth Bautista
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